El gobierno abiertamente restaurador de los hermanos Castro, en un pacto con Obama, ha largado un ataque abierto contra las masas cubanas para terminar de entregar las conquistas de la revolución al imperialismo restaurando definitivamente el capitalismo en la isla. Este ataque concentra el grito de la burguesía internacional para descargar su crisis sobre la clase obrera y las masas: “¡Fuera vagos! ¡Basta de conquistas sociales!” y el gobierno de los Castro lanzó un ataque que consiste en despedir a 500 mil trabajadores, eliminación de las cartillas –las que ya eran miserables-, reducción de transporte público, reducción de presupuesto educativo, eliminación de becas y subsidios, y un ataque privatista sobre el sistema de salud y la privatización de tierras como lo reafirma el documento oficial camino al VI Congreso del PCC “Eliminar las “plantillas infladas” en todas las esferas de la economía y producir una reestructuración del empleo, incluida formas no estatales, aplicando un tratamiento laboral y salarial a los trabajadores interruptus que elimine los procedimientos paternalistas.
Incrementar la productividad del trabajo, elevar la disciplina y el nivel de motivación del salario y los estímulos, eliminando el igualitarismo en los mecanismos de distribución y redistribución del ingreso. Como parte de este proceso, será necesario suprimir gratuidades indebidas y subsidios personales excesivos”
“136- Reordenar gradualmente la red escolar, mantener en la enseñanza media y media superior el mínimo indispensable de estudiantes internos y disminuir los gastos por conceptos de transporte, alimentación y base material de vida.”
Se trata de una ofensiva para liquidar definitivamente todo elemento socialista en la economía de transición impuesta por la expropiación de la burguesía –llevada a la descomposición absoluta, por la política stalinista de “socialismo en una sola isla”-, para que se imponga directamente un régimen capitalista. Todas las medidas son para atacar a las masas, eliminar su conciencia igualitaria, derrotar la conciencia antiimperialista de las masas, recrear un ejército industrial de reserva y potenciar la nueva clase media ligada a la economía dolarizada que se potencia a cada minuto como base social reaccionaria para la imposición definitiva de la restauración capitalista.
Los hermanos Castro y su camarilla restauradora sostienen una política para fortalecer las empresas mixtas, los joint venture y la inversión imperialista que se disfrazará de “régimen de producción Cooperativo socialista” donde el estado otorgará créditos y subsidios “controlados” a los nuevos propietarios de los medios de producción. Así lo afirma el documento oficial del PCC “estarán basadas en la libre disposición de los trabajadores a asociarse en ellas. Pueden ser propietarias de los medios de producción, arrendarlos o emplearlos en usufructo permanente (…) Constituyen una organización económica con personalidad jurídica y patrimonio propio” En su punto 33 afirma “-Las unidades presupuestadas que solo logren cubrir una parte de sus gastos con sus ingresos, se les aprobara la parte de los gastos que se financiará por el Presupuesto del Estado.” Y continua “55- Prestar los servicios bancarios necesarios que incluyan el otorgamiento de créditos, al sector de la economía no estatal, para contribuir a su adecuado funcionamiento.”
Con el ataque privatizador al régimen de salud, el imperialismo y los restauracionistas sedientos de derecho de herencia, buscan transformar la isla –que antes de la revolución fuera un casino y prostíbulo de la burguesía internacional- en una clínica de alta complejidad. De imponerse, contarán con mano de obra barata y altamente calificada, para que los burgueses del mundo vayan a tratarse mientras disfrutan en hoteles de lujo.
La imposición definitiva de la restauración capitalista en Cuba, de la mano de los hermanos Castro y Obama, significaría un duro golpe para el proletariado mundial y un triunfo del imperialismo que le permitirá estabilizar los regimenes burgueses antiobreros en todo el continente americano.
La ofensiva restauracionista se asienta en la expropiación de la revolución Latinoamericana
Los hermanos Castro y su régimen restaurador, pueden lanzar esta ofensiva restauracionista abierta, porque las direcciones traidoras del proletariado expropiaron la revolución americana, poniendo a la clase obrera a los pies de Obama en EE.UU. Con la farsa de “revolución bolivariana” contuvieron, expropiaron y desviando la revolución latinoamericana en base a cercos, frente popular y pactos contrarrevolucionarios.
La expropiación de la revolución por parte de la burguesía bolivariana y el carnicero Obama permitió la contraofensiva imperialista con golpes contrarrevolucionarios como en Honduras, Haiti, Colombia, militarización en México, la asonada fascista en Bolivia y la intentona golpista en Ecuador. Con esta relación de fuerzas es que la burocracia restauracionista se larga al ataque antes que la revolución latinoamericana vuelva a ponerse de pie, esta vez contra Obama, los bolivarianos y los Castro.
El Castrismo jugó un rol central en la traición a la revolución latinoamericana porque en el triunfo del proletariado yacía la tumba de la burocracia. Esta excrecencia castrista impidió que el alimento que necesitan las masas cubanas lo conquisten en el triunfo de la revolución argentina y centroamericana; que la maquinaria se consiga con el triunfo del proletariado en México y Brasil; el petróleo, gas y los minerales en la expropiación de las transnacionales y de la burguesía en Bolivia, Perú, Chile y Venezuela. Esta única revolución latinoamericana solo puede triunfar integra y efectivamente imponiendo la dictadura del proletariado en los Estados Unidos como eslabón decisivo de la revolución socialista internacional. Los restauradores del capitalismo en Cuba y sus sirvientes de “izquierda” son enemigos acérrimos de esta estrategia.
Para sostener el ataque restauracionista en Cuba, los stalinistas se centralizan en Sudáfrica en un congreso internacional contrarrevolucionario. A su vez los renegados del trotskismo de todo pelaje –como el morenismo- que ayer le cubrieron las espaldas a la burocracia castrista en su surgimiento definiendo a Fidel como a un “jacobino” o “el más grande revolucionario empírico” cuando fue el más grande estrangulador de la revolución latinoamericana; hoy los liquidadores del trotskismo continúan cubriéndole las espaldas al castrismo que hace ya muchos años es un agente restaurador directo del capitalismo. Fueron los renegados del trotskismo como Alan Wood quienes le entregaron el “Programa de Transición” a Chávez mientras a las masas les entregaron el programa burgués de los bolivarianos. La LIT-CI desde el ELAC primero y luego en el CONCLAT de Santos-Brasil jugó un rol decisivo en cercar y subordinar a la burguesía al sector más combativo del proletariado del continente. Estos renegados del trotskismo afirman, como el PTS -que cuenta con el permiso de tener un stand en la feria del libro de Cuba, algo inconcebible para la IV Internacional masacrada y perseguida por los stalinistas- que la burocracia regula vía el estado obrero la penetración imperialista, “defendiendo a su manera” las conquistas de la revolución cubana con una política tipo NEP: “es erróneo plantear que ya se restauro el capitalismo porque hay grandes inversiones en el níquel y el turismo. Esas inversiones funcionan asociadas al estado en empresas mixtas, están controladas en muchos aspectos y tienen fuertes restricciones para desarrollarse como en los países capitalistas” (LVO N 396). Son embaucadores contra el proletariado y se dedican a embellecer las traiciones de la burocracia castrista.
El destino final de las conquistas de la revolución cubana se definen hoy en la batalla de Europa
Asistimos a un momento delicado para el proletariado americano y mundial. El imperialismo intenta dar un golpe decisivo restaurando definitivamente el capitalismo en Cuba. Sin embargo aún esta por verse si esta definición se impone. El Castrismo deberá atacar a las masas no solo en sus conquistas, sino también físicamente para imponer definitivamente sus planes.
La batalla en Europa son las fuerzas que empujaran al proletariado cubano y americano a enfrentar la restauración definitiva y derrotar con métodos de guerra civil al castrismo. Las conquistas de la revolución cubana hoy se definen en gran medida en Europa. De abrirse allí la revolución derrotando los despidos masivos, los ataques a las conquistas, atacando la propiedad privada de los monopolios, llamando al mundo colonial y semicolonial a derrotar al imperialismo, el castrismo se las verá negras y las masas estarán en mejores condiciones de ajustar cuentas con los restauracionistas. ¡Derrotar la ofensiva restauracionsta en Cuba es una tarea del proletariado mundial! ¡Abajo el gobierno restauracionista de los hermanos Castro y toda la casta de burócratas parásitos asociados al imperialismo en los Joint venture! ¡Por el triunfo de la revolución política! ¡Todos los burócratas a trabajar! ¡Por comités de base de obreros y campesinos armados que pongan en pie la autoorganización de las masas para derrotar la restauración capitalista! ¡Expropiación sin pago y bajo control obrero de todos los capitales privados! ¡Libertad a los milicianos presos en Guantánamo! ¡Por la derrota de las tropas de ocupación de la ONU y los bolivarianos en Haití! ¡Fuera las tropas y bases militares imperialistas de toda Latinoamérica! ¡Abajo los pactos de los gobiernos bolivarianos y el imperialismo! ¡Que vuelva la revolución argentina de 2001, boliviana de 2003-05, la revolución ecuatoriana, la comuna de Oaxaca y que se vuelva a poner en pie el movimiento obrero antiguerra en EE.UU rompiendo con Obama! ¡Ruptura de todas las organizaciones obreras con la burguesía! ¡Abajo la revolución bolivariana! ¡Viva la revolución socialista!
¡Por la refundación de la IV Internacional y su sección trotskista cubana!
El partido para la revolución política en Cuba, que llame a derrotar con guerra civil en los soviet a los restauracionistas, que llame al proletariado mundial a defender las conquistas de la revolución cubana que solo puede triunfar definitivamente con la dictadura del proletariado en los países centrales, es la sección cubana de la IV Internacional refundada. El único partido que puede derrotar a la V Internacional contrarrevolucionaria de Castro, Chávez y Hu Jintao y guiar este combate al triunfo, es la IV Internacional, la cual en Cuba contaba con su sección más importante en Latinoamérica. La misma fue diezmada por la contrarrevolución burguesa y luego destruida por el pablismo que la disolvió en el castrismo, el mismo castrismo que asesinó todo elemento de oposición y resistencia.
Los trotskistas de la FLTI ponemos todas nuestras fuerzas para que las banderas del trotskismo flameen en La Habana y lleve al triunfo la revolución política en Cuba como un capítulo de la revolución socialista en toda América.